Ernesto Treviño asistió a la comisión de Educación de la Cámara de Diputados en representación de la red Educación Inicial 2030.

El pasado miércoles 19 de junio, se llevó a cabo una nueva sesión de la comisión de Educación de la Cámara de Diputados para debatir el proyecto de ley que modernizaría la oferta en la educación parvularia, presentado en el mes de mayo por el Ejecutivo.

El proyecto busca entregar herramientas normativas para modernizar y regularizar la oferta en los establecimientos del primer nivel educativo. Por lo mismo, y para aportar al debate, a la instancia asistieron distintos especialistas en educación inicial, entre ellos el director del Centro UC para la Transformación Educativa (CENTRE), Ernesto Treviño.

Avances y desafíos en la educación parvularia

Treviño asistió en representación de la red Juntos por una Educación Inicial 2030 para el futuro de Chile. La red busca mejorar las condiciones y la valoración social de la educación parvularia en el país y reúne a 49 instituciones, incluyendo 6 universidades, 13 sostenedores y 20 organizaciones que implementan programas vinculados a la educación temprana y primera infancia.

José Manuel Jaramillo, director ejecutivo de Fundación Choshuenco, también participó en la sesión como parte de la red, destacando la importancia de avanzar en calidad y cobertura, aspectos que fueron abordados en una mesa de trabajo interdisciplinaria que busca ofrecer un análisis con mirada sistémica.

Entre los puntos clave discutidos, Jaramillo señaló la relevancia de avanzar en la modernización y gobernanza de la información disponible, facilitando a las familias el proceso de postulación a centros educativos de primera infancia. Además, se discutió la necesidad de establecer criterios mínimos de calidad para los actores que proveen derecho a sala cuna, destacando también el avance del proyecto de ley de Sala Cuna Universal.

Sobre el ítem de reconocimiento oficial de establecimientos, Jaramillo señaló que cerca del 50% de los establecimientos han logrado ser reconocidos por el Ministerio de Educación. Sin embargo, los obstáculos que han impedido el reconocimiento del otro porcentaje incluyen problemas con la tenencia de terrenos e infraestructura, y «no necesariamente aspectos que garantizan calidad en aula, como interacciones pedagógicas y aspectos que generan realmente un impacto en la educación», añadió.

En ese sentido, Treviño subrayó la necesidad de ampliar el reconocimiento oficial a programas alternativos de cuidado en la primera infancia, adaptándose, por ejemplo, a contextos de baja densidad poblacional y a las características sociales y culturales de los lugares. «El desafío es encontrar el punto medio de cómo exigirles la calidad a estos programas», enfatizó.

Con esto, ambos expertos coincidieron en que el proyecto también ofrece la oportunidad de incorporar y fortalecer programas alternativos y complementarios, como aquellos que potencian habilidades parentales y programas étnicos, para responder a la excesiva demanda y ofrecer mayor flexibilidad a las familias.