Este y otros hallazgos ofrece el libro «Recomendaciones de política para la recuperación y la transformación educativa en América Latina con perspectiva de justicia educativa», encabezado por el director del Centro UC para la Transformación Educativa, CENTRE, Ernesto Treviño. El documento presenta un análisis del Estudio Regional Comparativo y Explicativo 2019 (ERCE), una sistematización de políticas educativas implementadas en distintos países entre 2013 y 2019, y plantea recomendaciones de política educativa para la región.
Enfrentar las brechas existentes en los sistemas educativos de América Latina es una tarea difícil, pero las experiencias comparadas pueden ofrecer aprendizajes para generar soluciones. Es una de las reflexiones que compartió el director del Centro UC para la Transformación Educativa (CENTRE UC), Ernesto Treviño, en la presentación del libro «Recomendaciones de política para la recuperación y la transformación educativa en América Latina con perspectiva de justicia educativa», en un evento celebrado en el Hotel Plaza San Francisco, el 11 de abril. A la instancia asistieron representantes de organismos gubernamentales y del sector educativo de los 19 países de América Latina que serán parte de la próxima entrega del Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE), para 2025.
El estudio, liderado por Treviño, analizó las pruebas ERCE 2019, que evaluaron los aprendizajes de estudiantes de educación primaria en América Latina y el Caribe, junto con características de los estudiantes y sus familias, las escuelas, los directivos, las aulas y los docentes, contrastando estos datos con políticas educativas recientes instauradas en los países de la región entre 2013 y 2019, destacando a Perú, Brasil, República Dominicana y Uruguay por haber registrado mejoras en el aprendizaje.
El documento analiza las oportunidades de aprendizaje y los factores que contribuyen a las brechas educativas, y concluye que las desigualdades socioeconómicas entre escuelas explican alrededor del 90% de las brechas de aprendizaje en la región. Al contrario, las diferencias en la calidad de los procesos educativos entre escuelas de distinto nivel socioeconómico, dependencia administrativa, o localización, explican a penas el 10% de estas desigualdades.
Por otro lado, las diferencias de aprendizaje entre estudiantes y escuelas se relacionarían con factores estructurales como el nivel socioeconómico de los niños, niñas y las escuelas, el sexo del estudiante o la localización geográfica del establecimiento.
En la presentación del estudio, el director del Centre UC fue enfático en que la solución no depende solo de los equipos educativos, sino que involucra distintos ejes: “Cuando se intersectan los procesos, el rendimiento académico, trayectorias educativas y el desarrollo socioemocional, físico y ciudadano, logramos justicia educativa”, señaló. Por lo anterior, propuso seis desafíos intersectoriales para la recuperación educativa, entre los que se encuentran:
- Trabajar en infraestructura escolar.
- Generar sistemas de alerta para prevenir ausentismo.
- Incorporar perspectiva de género y diversidad.
- Fortalecer transversalmente la educación inicial.
- Diseñar programas que reduzcan presiones y estrés en evaluación a docentes.
- Y generar políticas que velen por la motivación y satisfacción docente.
Durante la instancia, Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago), destacó la importancia de abordar los desafíos que la región enfrenta en materia educativa, ya que “en las últimas décadas Latinoamérica había tenido avances importantes, pero por la pandemia, e incluso antes, notamos un estancamiento que se agudizó y que debemos afrontar». Por su parte, el secretario ejecutivo de la Agencia de Calidad de la Educación, Gino Cortez, aseguró que «en Chile estamos respondiendo al desafío con mirada de política pública», e invitó a trabajar colaborativamente para recuperar los aprendizajes y fortalecer liderazgos que puedan enfrentar los desafíos futuros.
El equipo de investigadores e investigadoras detrás del estudio incluye a Ernesto Treviño, Catalina Miranda, Carolina Castillo, Aline Vineses, Diego Carrasco y Cristóbal Villalobos.