Estas fueron parte de

las preguntas que surgieron en el webinar internacional “Jóvenes, educación y ciudadanía en Asia, Europa y América Latina”, organizado por el Centro UC para la Transformación Educativa, Centre. La actividad se enmarcó en el cuarto aniversario del centro que depende de la Facultad de Educación UC.

Las movilizaciones sociales han sido parte importante de la rutina en distintos lugares del mundo durante las últimas décadas. Desde las marchas estudiantiles y el “estallido social” en Chile, movimientos independentistas en lugares como Cataluña y Hong Kong, hasta demostraciones ambientalistas que se han esparcido por Europa y el mundo. Pero, ¿qué elemento tienen en común todos estos ejemplos? Una alta participación de jóvenes y estudiantes.

¿Cómo participan cívicamente los niños, niñas y jóvenes en el mundo?, ¿cómo entienden la democracia las y los estudiantes? Para responder a estas y otras preguntas, se desarrolló de manera online el seminario internacional “Jóvenes, educación y ciudadanía en Asia, Europa y América Latina” el pasado jueves 17 de diciembre, donde expertos nacionales e internacionales compartieron sus reflexiones y resultados de investigación del libro “Good citizenship for the next generation” (Springer, 2021). La actividad fue organizada por el Centro UC para la Transformación Educativa, CENTRE, que depende de la Facultad de Educación de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Una de las expositoras fue Ellen Claes, del Centro de Investigación sobre Ciencia Política de la Universidad Católica de Lovaina en Bélgica, quien dio luces sobre el panorama de la educación cívica en el continente europeo. Si bien, comentó, la percepción de Europa como continente que se destaca por sus altos niveles de tolerancia, advirtió que esta apertura “en los últimos años se une a otras tensiones, como resurgimiento de populismos y movimientos de extrema derecha”.

En ese sentido aseguró que existe una relación directa entre el acceso a la formación cívica y una mayor tolerancia o el respeto a la diversidad: «Por ejemplo, aquellos y aquellas estudiantes con bajo conocimiento cívico tienen mayor probabilidad de tener poca tolerancia hacia inmigrantes» explicó.

Sobre la participación de las y los jóvenes en movimientos ciudadanos, el investigador del Centro para la Gobernanza y Ciudadanía en la Universidad de Educación de Hong Kong, Kerry Kennedy, compartió hallazgos de una encuesta enfocada en Corea, Taiwán y Hong Kong, que define tres tipos de participación: “Un 54% de los estudiantes de la región aseguró no participa en movilizaciones informales (como bloqueo del tráfico y grafiti), pero apoyan otros tipos de compromiso cívico. El 30% eligió la protesta como forma principal, aunque también participa institucionalmente, y un tercer grupo del 15% sólo se moviliza en protestas ilegales», aseguró.

Además, el académico explicó que en las demostraciones ya no sólo participan jóvenes y adultos, sino que también se han sumado niños y niñas de primaria y secundaria. Por ejemplo, en las movilizaciones en Hong Kong.

Ser buen ciudadano y ciudadana

¿Qué es un buen ciudadano o ciudadana? Esa fue la pregunta en la que se centró la presentación de Diego Carrasco, investigador del Centro de Medición de la Universidad Católica, MIDE UC: «Esta pregunta constituye una norma social y estas normas, en particular, son guías que promueven conductas en las personas: qué es lo que debe hacerse. Dependiendo del país o contexto en el que esté inmerso el o la estudiante, tendrá un entendimiento y una forma diferente de adherir a las distintas normas sociales, explicó el experto. Por lo mismo, “cuando los padres y madres no tienen muchos conocimientos cívicos, es la escuela la que debiera suplir esa falta y proveer instancias de socialización política».

En ese sentido, “si bien, la Ley 20.911 busca promover formación ciudadana, no existe una visión común de ‘qué es ser ciudadano’ o ‘buena ciudadanía’ en las escuelas”, aseguró la académica de la Facultad de Educación UC, Carmen Gloria Zúñiga. Según la académica, un foco importante que atender es de la integración de la educación cívica en la formación docente: «las y los profesores que deben impartir estas clases no tienen formación en el tema, porque el currículum de Historia y Ciencias Sociales es muy reducido en estas temáticas».

Finalmente, Kerry Kennedy, explicó que, si bien es importante instruir a las y los alumnos en estas temáticas, de ninguna manera «es el rol del colegio fomentar protestas ilegales. Estas formas de protestas suceden en las sociedades, pero lo que necesitan las y los jóvenes es un set de conocimientos para poder decidir si se suman o no». Algo con lo que concuerda Zúñiga, ya que «no se debe educar en los colegios sobre cómo ejercer la desobediencia civil, pero sí se enseñar los derechos y cómo ejercerlos».

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