Becarios paraguayos: “Aprendimos mucho, ahora tenemos la responsabilidad de implementarlo en Paraguay”

Carolina Ramírez y Francisco Meireles, ambos estudiantes del diplomado de Especialización en Gestión e Innovación Directiva, nos cuentan sus aprendizajes durante estos casi tres meses de estudios en la Universidad Católica. “Entendimos que si queremos mejorar la educación, tenemos que comenzar por el trabajo en el aula con los niños y niñas”.

 

Más de 60 días lejos de sus familias, nueve semanas conociendo un país extranjero y sus costumbres y más de 40 días de clases. Así de intenso fue el diplomado de Especialización en Gestión e Innovación Directiva que trajo a 100 docentes, directivos y profesionales del área educativa desde Paraguay a Chile. “Entendimos que, si queremos mejorar la educación, tenemos que comenzar por el trabajo en el aula con los niños y niñas”, dijeron Carolina Ramírez y Francisco Meireles.

Ambos estudiantes fueron parte del primer grupo de profesionales del sistema educativo de Paraguay que, beneficiados por el gobierno paraguayo a través del Programa Nacional de Becas de Postgrado en el Exterior “Don Carlos Antonio López (Becal), cursaron el programa de actualización ofrecido por el Centro UC para la Transformación Educativa.

Tanto Carolina como Francisco volvieron a su país de origen, pero antes quisieron compartirnos parte de sus vivencias en Chile. 

  • Si pudieran sintetizar en pocas palabras lo que aprendieron durante estas semanas en Chile ¿Qué es lo que les queda de este diplomado en términos de conocimiento?

En lo profesional, nos vamos muy enriquecidos. Aprendimos mucho y ahora nos llevamos a Paraguay la gran responsabilidad de implementar todo el conocimiento que aquí adquirimos.

Algo que destacamos fue cómo aprendimos a observar las interacciones efectivas en el aula. Con esto entendimos que si queremos mejorar la educación, tenemos que comenzar por el trabajo en el aula con los niños y niñas. Antes teníamos la mentalidad de que debían ser las autoridades quienes debían hacer los cambios desde el gobierno o el ministerio, pero aquí pudimos revertir ese pensamiento, y ahora sabemos que las mejoras se gestionan desde el trabajo entre los docentes, los y las alumnas, los directores, etc.

También aprendimos que para mejorar debemos ver los problema de frente. En Paraguay somos mucho de maquillar los números para decir que todo está bien, que los alumnos están felices y pasando de curso cuando en verdad no aprenden nada. Aquí entendimos que es necesario afrontar los problemas tal cual son para identificar las falencias y así mejorar.

  • ¿Sienten que cambió en algo su perspectiva sobre la docencia luego de hacer este diplomado?

Nos cambió completamente, porque acá hemos aprendido que todo pasa por el docente. Hay algunos compañeros que dicen que vamos a parecer locos en Paraguay aplicando todo lo que hemos aprendido acá, porque la educación es distinta, pero la idea es comenzar con un grupo pequeño en nuestras instituciones. Lo magnífico sería que pudiésemos traspasar todo lo que aquí aprendimos a otros directores de nuestro país. 

  • ¿Cómo aplicarán los conocimientos adquiridos en Paraguay?

Ahora estamos haciendo una carta de navegación en las instituciones en la que trabajamos. De una u otra manera tenemos que crear los espacios para poder contar lo que aprendimos aquí en Chile. Ya hemos hablado con algunos compañeros y están dispuestos a hacer las observaciones necesarias para, a partir de ello, poder trabajar con el resto del plantel y así mejorar el rendimiento académico de nuestros alumnos y alumnas en Paraguay.

Nuestro sueño es poder implementar estos cambios, que salgan bien y luego poder enviar nuestras historias a Chile para que los profesores puedan tener la seguridad de que se hizo un buen trabajo.

No todo fue estudio…

  • Mientras estuvieron aquí también tuvieron la oportunidad de viajar por Chile ¿Qué anécdotas consideran las más significativas de entre todos sus viajes?

Seríamos injustos si eligiéramos sólo un lugar, porque cada uno tuvo su peculiaridad. Hace unas semanas atrás, por ejemplo, conocimos Punta de Choros, y cuando fuimos a una de las islas en lancha pudimos ver una ballena. En un comienzo nos preocupaba que emergiera bajo nosotros, pero sentimos mucha emoción al ver este maravilloso animal que en Paraguay nunca hubiésemos tenido la oportunidad de ver.

Uno de los lugares que más nos gustó de Chile fue Chiloé. Pareciera que fuera otra cultura completamente distinta a la de Santiago. Su arquitectura y su gente son maravillosas, sobre todo por la forma en la que preservan sus costumbres. Todo es muy colorido, parecía un cuento de hadas.

Durante nuestra estadía acá también pudimos visitar Valle Nevado, Valparaiso, Puerto Montt, San José de Maipo, San Antonio, Cartagena, Algarrobo, Viña del Mar, Iquique, San Pedro, La Serena y muchos otros. Por todo esto sería injusto elegir un lugar en particular. Conocer  los rincones de Chile fue hermoso, ya que tiene muchos atractivos. Todas las semanas conocimos algo nuevo, eso es categórico.

  • ¿Cuáles fueron sus primeras impresiones al bajar del avión y encontrarse con Santiago?

Cuando descendimos del avión, el paisaje fue lo primero que observamos. Notamos de inmediato que estábamos rodeados por la cordillera y que, donde mirásemos, ahí estaba, siempre presente en el paisaje. Una vez que nos adentramos en la ciudad, lo primero que pensamos fue que Santiago es enorme. Nos impresionó su belleza y, además, llamó poderosamente nuestra atención la limpieza, el orden y lo bien señalizado que está todo. Estas son materias muy pendientes aún en nuestro país.

La primera vez que viajamos en metro con un guía, nos perdimos. Íbamos camino al campus pero tomamos la línea equivocada y nos bajamos en otra parte. En ese momento nos desesperamos un poco y pensamos,  «¡¿Si vinimos con la guía y nos perdimos, qué será de nosotros cuando vengamos solos?!

Gracias a Dios nos acostumbramos, pero fue una experiencia divertida y trágica al mismo tiempo en ese momento.

  • ¿Qué fue lo mejor y lo peor de esta temporada en Chile?

Nada fue malo, pero podemos decir que hubo algunas comidas a las que no nos acostumbramos. Nos dijeron que la comida más típica de Chiloé es el milcao, por lo que estábamos locos por probarlo, pero no nos gustó. Con la paila marina pasó lo mismo, aunque es posible que debamos darle una segunda oportunidad.

Una de las mejores cosas fue observar cómo en Chile se le inculca a los niños y niñas desde pequeños la cultura de la lectura. Siempre vimos gente con un libro en la mano o un diario bajo el brazo. Nos sorprendió que nos entregaran diarios gratuitos a la salida del metro, por ejemplo, porque en Paraguay eso no pasa.

También fue muy lindo visitar las escuelas y conocer sus sistemas de aprendizaje, nos llevamos experiencias muy positivas de esas jornadas. Reconocemos que tienen directores muy activos, por lo que queremos llegar a probar algunas de sus ideas en Paraguay.

La Facultad de Educación de la Universidad Católica tiene muchas cosas buenas para ofrecer a sus estudiantes. Los académicos y académicas son excelentes, tenemos mucho que agradecerles a todos por la empatía, la buena onda y sus conocimientos. La universidad nos ofreció muchas experiencias positivas. Asimismo, la beca que nos entregó el Gobierno de Paraguay para venir a estudiar a Chile fue un privilegio indiscutible.

 

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