¿Cómo asegurar la salud mental en las escuelas?

Esta y otras interrogantes fueron respondidas en la charla del CENTRE UC, liderada por la académica de la Facultad de Educación UC, Patricia Guerrero. La investigadora expuso sobre los problemas de salud mental que enfrentan las escuelas y propuso tres consejos para mejorarla.

«¿Cómo asegurar la salud mental en las comunidades escolares?» Esta fue la pregunta principal de la charla magistral realizada el día 27 de julio, de manera online, por la académica de la Facultad de Educación de la Universidad Católica, Patricia Guerrero, en la que habló sobre los desafíos ligados a la salud mental de las y los miembros de la comunidad educativa. La actividad contó con más de 250 espectadores conectados desde distintos lugares de Chile y el mundo.

El evento, organizado por el Centro UC para la Transformación Educativa, CENTRE, tuvo el saludo inicial su director, Ernesto Treviño, quien indicó que hablar de salud mental es importante ya que Chile tenía indicadores muy alarmantes en esta materia y que la pandemia los agravó, «y parece ser que ese diagnóstico se transformó en el elefante en la habitación”, dijo. Tras esto el académico dio la bienvenida a la profesora Patricia Guerrero, quién expuso cuáles son los problemas que tiene la comunidad escolar con la salud mental y entregó tres recomendaciones para mejorarla.

Una política estudiantil paradójica 

El primer conflicto destacado por la experta es la existencia de una política pública paradójica con mandatos contradictorios: el rendimiento académico versus el cuidado e inclusión. Esto, señaló, sólo pone más exigencias en la labor docente ya que se debe incorporar una política de convivencia escolar, habilidades para la vida, además de cumplir con distintas evaluaciones. “Esto produce el sufrimiento ético, la sensación de que no estoy haciendo lo que tengo que hacer”, explicó, generando que las y los docentes se sientan sobreexigidos, desgastados y finalmente decidan desertar de sus funciones.

Sumado a ese factor, Guerrero señaló que en las escuelas no se habla de la salud mental y laboral de las y los docentes ya que estos solicitan licencias médicas rotativas, después regresan al mismo ambiente laboral. Esto implica el círculo vicioso de que al salir un docente, sus pares que se quedan en el mismo ambiente también enferman, “luego salen y quedan en una rotación constante”.

La experta comentó que los acontecimientos de los últimos años, como la pandemia, han generado mucha incertidumbre y eso también ha afectado la salud mental. Un mundo hiperconectado, crisis económica y planetaria hace que los adolescentes “lo pasen muy mal y los niños lo viven desde lo que les pasa a sus papás; estos trabajan mucho, no pueden llegar a fin de mes”, comentó y agregó que “esta sociedad nos tiene a las y los estudiantes con conflictos, se aburren muy fácilmente y estamos con una tensión de nuestros propios saberes”.

¿Cómo mejoramos la salud mental? 

Patricia Guerrero recalcó que el problema de la salud mental es de carácter “estructural, nacional y mundial y que no es tan fácil de resolver porque estamos en una redefinición de las estructuras de relaciones humanas”. Pese a esto, la académica aconsejó tres formas en las que se puede mejorar la salud mental a nivel de escuelas.  

  1. Manejar otra noción de salud mental: Para la académica es importante manejar una “noción de salud mental alejada de la noción enfermedad mental”, ya que la enfermedad corresponde al síntoma cuando el problema ya está presente. Es por eso que propuso la noción ergonómica, esta involucra que las y los docentes necesitan una salud mental cognitiva y laboral junto a una salud emocional.
  2. Analizar la política pública educacional: El análisis de la política pública es muy importante para la experta ya que implica elegir “qué cosas hacen mejor la vida de los docentes, cuál será la selección curricular, cómo se van a integrar nuevas formas de evaluación, actividades interesantes, también cómo se van a colaborar con escuelas del sector, etc”, indicó y es enfática en señalar que este análisis, es beneficioso. pero “es contradictorio con cómo es hacer bien la política educativa” en Chile.
  3. Transformar los vínculos: Finalmente, la académica agregó que se debe cambiar la forma de relacionarse que tienen los docentes con cada uno de sus estudiantes, así como la forma en que se relaciona con la clase, con los currículos y con sus pares. Esto significa que las y los docentes deben relacionarse mejor consigos mismos y tener conocimientos de auxilios psicológicos en casos de crisis, además de implementar actividades que permitan la expresión de emociones como el arte y juego, junto con traspasar a las y los estudiantes el amor por el conocimiento con actividades que les hagan sentido.

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Revive la charla aquí: 

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